LECCIÓN DE VUELO

Antes que mi pluma se apagué para siempre, espero que la tinta sea suficiente para alcanzar a decirte lo mucho que hiciste por hacer de mí el gran hombre que soy ahora.

Sin sonrisa, sin salud, guerrera incansable que me oculto un tiempo dentro de sí pero no pudo evitar que yo llegase a este infame mundo que ella trató de adornarme lo mejor posible.

Jamás olvidaré como me llevabas a lugares con falsas sustitutas tuyas que intentaron suplantarte y que nunca lo pudieron lograr, ni siquiera a los talones te llegaron.

Y así fue transcurriendo la historia que nos sitúa en este momento exacto en el que estoy a punto de tocar con mis pies el suelo de mi madurez y en ello hace una pausa larga para poder decir por fin, ¡Vuela, si vuela alto, vuela pero regresa hijito!, alcanza las alturas que yo no pude, pero siempre recuerda quien te enseñó a volar.